Estas actividades están relacionadas a la noción de autonomía, entendida
como la capacidad que tiene una persona para tomar decisiones o realizar
acciones por sus propios medios.
Son ideas básicas que orientan la atención educativa a los bebés, niños y
niñas de 0 a 3 años, y se fundamenta la importancia que tiene la actividad
autónoma y el juego libre en su desarrollo integral.
En la segunda parte, se encuentran
las acciones que puede realizar el adulto durante la actividad autónoma, se
explica su rol y las consecuencias positivas en el niño, se describen también
los aspectos que dificultan su desarrollo.
En la tercera parte, se encuentran las orientaciones para favorecer el
juego libre, se describen juegos, el rol del adulto y las acciones favorables
que puede realizar, así como los beneficios que se pueden lograr con los juegos
propuestos.
¿QUÉ ES EL JUEGO?
El juego es placer y expresión de lo que uno es y quiere ser, es la
necesidad inconsciente de buscar la seguridad o sentirse seguro frente a la
realidad, frente a los miedos y las angustias que lo obstaculizan, es el “como
si fuera real” pero no lo es.
Para comprender mejor estos aspectos del desarrollo infantil, es necesario
definir y diferenciar la actividad autónoma del juego libre. En muchas
ocasiones se integran, y en otras, una es consecuencia de la otra; es decir que
la actividad autónoma surge posteriormente al juego y viceversa.
Por ejemplo: cuando el bebé percibe su mano al azar, trata desde su
actividad autónoma de mantenerla dentro de su campo visual; luego al poder
dominar la acción, la hace aparecer y desaparecer de su vista a su antojo, surgiendo
así un juego que le produce placer.
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